domingo, 8 de abril de 2007

Levinson y su concepcion del ballet


Según Levinson el ballet como técnica somete al bailarín a tener “ el deseo de crear belleza a través del trabajo de sus músculos, siendo esta una disciplina rígida, que con la practica logra doblar y adaptar su cuerpo a las exigencias de una forma abstracta y perfecta”.
Esto quiere decir que la técnica es un esfuerzo físico lleno de belleza.
La danza clásica es el reflejo del hombre europeo tanto en su estructura anatómica como en sus aspiraciones intelectuales asegura Levinson, enseguida nos habla del cambio de los movimientos del ballet clásico del siglo XVII siendo una de las características cambiar la idea horizontal por el concepto de una danza vertical.
El ballet clásico tiene 5 posiciones que pueden tener diferencia en la ejecución pero la danza clásica es una danza geométrica, siendo el espíritu de ella las rotaciones hacia fuera, para que un bailarín logre esta técnica es necesario que empiece a partir de los 8 años para que logre “ ser liberado de sus limitaciones” … esta danza parece ignorar las leyes naturales, esto se refleja dice Levinson en el trabajo de punta en donde ya los pies no están mas en el suelo en su totalidad, si no que se eleva con un fin estético.
Levinson señala que para disciplinar el cuerpo para esta técnica es necesario deshumanizar al individuo y se empieza a entrenar para lograr a un ser artificial que debe ser preciso en sus movimientos. El fin ultimo lo constituye la belleza y el bailarín es perfección y superación de sí mismo.
Es así como levinson afirma que “el bailarín es una maquina para manufacturar belleza”.
Lo señalado por Levinson claramente es refutable y absolutamente cuestionable, primero que no podemos partir sin antes realizar unas ciertas problematizaciones, Levinson nos menciona dos conceptos importantes como “la belleza”y “hombre maquina”
Es necesario entonces hablar de ellos:
Según Marcuse en “cultura y sociedad” en donde elabora un discurso frente al carácter afirmativo de la cultura señala que “ en el médium de la belleza, los hombres pueden participar de la felicidad, pero solo en el ideal del arte la belleza fue afirmada con la conciencia tranquila, pues en realidad aquella tiene un poder peligroso que amenaza la aparición ya dada de la existencia”.
Cuando señala un poder peligroso creo que se refiere a que la belleza esta ligada al placer y en nuestra sociedad este se concibe en una felicidad transitoria o una felicidad en la apariencia que produce satisfacción; de acuerdo a esta idea el ballet clásico es fielmente el representante de la cultura afirmativa que habla Marcuse. Es raro pensar que cuando uno siente placer y felicidad es funcional al sistema de dominación, pero resulta que como es apariencia entonces el arte al mostrar belleza tranquiliza a los rebeldes, dice Marcuse y eso es una de las características de nuestra sociedad que “podemos sentirnos felices aun cuando no lo seamos en absoluto”.
Por otro lado tenemos el concepto trabajado por Levinson del bailarín como una maquina, tomándolo en el sentido de perfección y esto no es mas que una arrogancia de la superación de sí mismo, para satisfacer al poder.
Como dije anteriormente, lo señalado por Levinson es cuestionable porque el ballet lo es en sí mismo, tenemos a Isidora Duncan que respecto al ballet clásico dice: es una técnica que esta en contra de las leyes naturales de gravitación, enfatiza que los bailarines tienen el cuerpo, sus huesos y sus músculos deformados.
Duncan apunta hacia una danza del futuro, en la cual se expresa la moral, lo saludable y hermoso del arte y en definitiva los ideales del hombre.
Es por ello su afán con la cultura griega, ella concibe la danza de movimientos primarios y naturales en donde se resalta el cuerpo desnudo, mostrando la belleza del cuerpo y su forma.
Duncan señala que: “ el arte que no es religioso no es arte, es mercancía”, con esto ultimo de señalar al arte como mercancía concuerdo plenamente pero donde no hay tregua es en sus ansias de querer volver a la religiosidad sea este politeísta o no, creo que lo religioso bajo ninguna circunstancia puede hacer que el arte no sea una mercancía...
La religión es un invento más del hombre para ejercer dominio, es una forma de explicarse el mundo. La religión no se cuestiona ni problemátiza sobre el hombre, el hombre más bien asume, se adapta, se moldea bajo esta lógica.
Ahora bien Wigman piensa respecto del ballet clásico que había llegado a tal grado de perfección que ya no había posible desarrollo de él, habla de cómo el bailarín perdió la capacidad de representar una emoción, visto y valorado solo por su virtuosidad, este bailarín desarrolló destreza y agilidad negando la gravedad, siendo esta una técnica flexible, airosas y graciosa.
Wigman habla de la danza como una experiencia humana necesaria, sin embargo establece una diferencia entre el bailarín “profesional” y el “ no profesional”, diciendo respecto del primero que se espera que sea creativo, que baile lo que siente dentro de si, este debe aprender cuando y como controla su cuerpo, en cambio el bailarín no profesional puede hacerlo pero no se le exige lo exigido al bailarín profesional, en este sentido quiero evidenciar mi máximo reproche frente a lo dicho por wigman. Creo que un factor incidente en la crisis del arte es el de la profesionalización de este. Primero ¿quiénes son los que discriminan el “talento” de alguna persona para ejercer la danza? ¿ Es necesario tener talento? ¿ Que es el talento? ¿Con la profesionalización de la danza que técnicas se enseñan? ¿Por qué se profesionaliza el arte? ¿Tiene relación la academizacion del arte con la profesionalización de este?
Creo que la profesionalización del arte es la forma en que este entra en el mercado del arte generando así consumidores de este, o sea empiezan a existir críticos de arte, un publico que lo compra y artistas que se tecnifican para vender lo bello.
Con la profesionalización el arte pretende tecnificarse y reproducirse o sea mantiene la reproducción de la belleza para anestesiar a la clase que lo compra haciéndolos sentir placer.
El ballet se circunscribe en un escenario de poder, primero las cortes como una forma de generar una imposición frente a las otras cortes, luego mientras empiezan a aparecer nuevas estructuras sociales de poder van teniendo siempre la misma funcionalidad, imperial izándolo y poniéndolo como la obtención de un cierto status.

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